“La salinización forzada del pozo de La Sandovala: David contra Goliat”.

“La interminable agonía de los agricultores del Verde, Seco y Jate”, tercer capítulo.

Cuando llegó el verano de 2022 empezó el calvario. El Ayuntamiento había denegado la licencia de obras, (5/6/22), solicitada por el conocido Sr Antequera en nombre de la comunidad de propietarios Mirador de la Marina. En la misma resolución el Ayuntamiento había advertido a la promotora que se abstuviera de comenzar las obras, pues carecía de licencia municipal. Las obras comenzaron, la extracción de agua del sótano del edificio del Mercadona se convirtió en un rio que llegaba al mar y el pozo de La Sandovala, que ni en el peor momento de la anterior sequía había tenido problemas, comenzó a salinizarse.

Alarmados los regantes, se entrevistaron con el “todo poderoso” sr. Aragón que les dijo que “no podía hacer nada porque las obras tenían licencia”. Mintió.

Sospechosamente, la inspección de obras municipal no realizó actuación alguna para paralizar unas obras que el propio Ayuntamiento había declarado ilegales. Para acallar a los regantes que veían cómo el agua de su pozo se volvía tóxica, empezaron a verter el agua de los sótanos contaminada con los “polvos y lodos” procedentes de las perforaciones, en el pozo de La Sandovala. El remedio fue peor que la enfermedad.

El 14/8/22 la Junta de Andalucía le comunica a la promotora que no es necesaria la autorización de las obras de refuerzo de la cimentación, pero en “ningún caso” les autoriza la extracción de agua del acuífero ni su vertido al río.

El 25/10/2022, cuando las obras llevaban ejecutándose seis meses sin licencia municipal con total impunidad, el Ayuntamiento, visto el informe de la Junta, les autoriza las obras.

Las reiteradas denuncias de la comunidad de regantes de la Sandovala al Seprona no tuvieron consecuencia alguna. Los escritos dirigidos a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento, no merecieron respuesta. Las protestas, concentraciones, pancartas, etc, de los comuneros denunciando su grave situación y el silencio cómplice de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, cayeron en saco roto.

Y de nuevo el conocido sr. Antequera entra en escena.

Los comuneros se despertaron la semana pasada con la sorpresa de una máquina de perforaciones preparándose para hacer dos pozos junto al edificio del Mercadona, pegados al cauce del río. El presidente de la comunidad de La Sandovala, apoyado por un grupo de comuneros, exigen ver las licencias y consiguen parar las perforaciones hasta el martes 16 de mayo. Ello a pesar de la encendida oposición del sr. Aragón a que se paralizaran las perforaciones, actuando más como testaferro de la empresa que como concejal.

Revisada la documentación que aporta la promotora, que sorprendentemente cuenta con la autorización de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Almuñécar, se comprueba lo que ya sospechábamos:
-El objetivo declarado de la empresa, representada por el sr. Antequera, es que “no se vea el agua que se saca de los sótanos y se tira al mar, evitando la alarma social”.

-Los dos pozos son para inyectar el flujo continuo de agua que extraen de los sótanos, que según el informe que presentan es entre 15 y 20 litros/segundo, a una profundidad de 25 metros bajo el nivel del mar.

-Según refiere el informe, la losa de cimentación del edificio se sitúa a la profundidad de menos 6’5 metros, sobre una capa de limos impermeables. Debajo de esta capa impermeable hay una capa de arenas de alta permeabilidad.

CONCLUSIÓN: No hay que ser sabio para adivinar los resultados de tan gran chapuza. El agua dulce, de menor densidad, discurre por la superficie del acuífero, por encima de la capa de limos impermeables. Al extraer el agua que se filtra en los sótanos de edificio se produce un efecto “aspiradora” del agua dulce superficial. Cuando se vierte a 25 metros de profundidad, por debajo de la capa de limos impermeables, el agua va directamente al mar.

El acuífero sigue sobre explotado, convirtiendo la salinización temporal en permanente.

Pero, ¡ojo!, el vertido de aguas al mar ya no se ve.

Por ahora Goliat, con el apoyo cómplice de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, gana y David pierde, pero los comuneros no van a rendirse porque se juegan su futuro.

¡Felicitaciones al sr. Antequera por su magnífico trabajo!



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