EL INTERMINABLE “CULEBRÓN” POLÍTICO DEL PP DE ALMUÑÉCAR.

La desaparición de la escena política local de Ciudadanos y Más Almuñécar, succionados por el PP, es una nueva versión de una estrategia puesta en marcha por los dirigentes populares para soslayar una evidencia incuestionable. Han gobernado durante 16 años el ayuntamiento, tras perder 10 de las 11 elecciones celebradas tras la reinstauración democrática.

Con un sentido patrimonial de las instituciones públicas, convencidos de que estas les pertenecen y por tanto les corresponde gobernar, no han dudado un solo momento en traspasar los límites de las reglas de juego democráticas y ser principales protagonistas de unos extraños pactos que algunos llaman “los pactos por el sillón” y otros “los pactos por la pasta”.

González Montoro abrió el camino en 1999. Los andalucistas nos habíamos quedado al borde de la mayoría absoluta, 10 de los 21 concejales de la corporación municipal. El dirigente popular no dudó en pactar con los tránsfugas del Psoe liderados por el Sr. Rebollo para repartirse la alcaldía, como si de un botín de guerra se tratase. Su gestión no dejó un buen recuerdo.

Herrera ha sido la gran virtuosa de los “pactos anti natura”. Tras perder las elecciones en 2011 no tuvo escrúpulos ideológicos para pactar con los comunistas de Tejero y con un voto díscolo del Psoe, consiguió la alcaldía.

En la siguiente legislatura afianzó su mayoría absoluta con su siempre fiel aliado de IU y la adquisición de una concejal tránsfuga de los andalucistas.

En 2019, Herrera, nuevamente perdedora, se mantuvo en el sillón con los votos de los comunistas y de un nuevo partido, Ciudadanos, que había hecho campaña electoral con el slogan de “hay que echar a Herrera”.

La desastrosa gestión tras 11 años de gobiernos “Frankenstein” y los pésimos resultados que pronosticaban las encuestas encargadas por el PP, les llevaba a un nuevo malabarismo político, dándole la “patada hacia arriba” a Herrera e intentando que se llevara en su mochila el descontento generado por su desgobierno.

Era la hora de sacar del sombrero un nuevo “mirlo blanco”. En una campaña bien orquestada y ampliamente regada con fondos públicos, presentan a quien ha sido durante 11 años el hombre fuerte de Herrera y corresponsable de su pésima gestión en el Ayuntamiento, Ruiz Joya, como su delfín y sucesor. Eso sí, para no perder la tradición, es elegido gracias al voto de sus aliados de IU.

Y han sido precisamente los malos pronósticos que les vaticinan las encuestas los que han llevado a la plana mayor de los componentes de “los pactos por el sillón”, a la última pirueta de presentar la “lista única”, con concejales de Ciudadanos y Mas Almuñécar que, sin abandonar sus partidos, aparecen como candidatos “independientes”, en las listas del PP. Se convierten, de hecho, en los nuevos tránsfugas.

Tienen un PLAN A: 2+1+1=4. En política, muy raramente esto es así.
Y también un PLAN B: PP+IU+VOX= 11 = mantener el sillón. En Almuñécar tampoco sería una gran sorpresa.

En mayo, almuñequeros y herradureños tenemos en nuestras manos poner fin a este interminable esperpento que nos lleva camino de ninguna parte.